FRAY BIGOTÓN

Fray Bigotón, el perro callejero que se convirtió en un monje franciscano

El 4 de octubre se conmemora el día de San Francisco de Asís, santo vinculado a la humildad, la austeridad, la obediencia y la entrega absoluta a la fe. Es el patrono de los animales y de los ecologistas, ya que tuvo un profundo amor por la naturaleza.

Decían que San Francisco de Asís podía hacer que las aves formaran cruces en el cielo. Que cuando oraba era rodeado por animales y lograba que estos lo entendieran. A comienzos del siglo XIII, el hombre -que después sería santo- llamaba “hermanos pequeños” a los canis familiaris. Varios siglos después, un cuadrúpedo demostró que aún a la distancia puede entenderse con su patrón. No importa la enorme brecha temporal que hay entre ellos, ni que transiten dimensiones diferentes. Fray Bigotón responde a San Francisco de Asís y San Francisco de Asís, para los creyentes, se hace notar a través de Fray Bigotón

La conmovedora historia de Fray Bigotón, el perro que usa hábito franciscano y sirve en un convento

Fray Bigotón, también conocido como Fray Carmelo, o simplemente Carmelito, tiene cuatro patas, pelos, hocico y a veces, cuando quienes lo rodean lo desean, luce hábito franciscano. Es, en resumidas cuentas, un gracioso schnauzer que sirve en un convento boliviano.

Carmelo aterrizó en Bolivia en 2016. Tenía tan solo un mes y medio de vida y llegó acompañado de un sacerdote polaco llamado Kasper Kapron. El destino quiso que, poco tiempo después, este tierno Schnauzer de talla mediana ingresara en el convento de San Francisco de la Archidiócesis de Cochabamba. Hoy todo el mundo le conoce como Fray Bigotón o Fray Carmelo. Aunque corre el rumor de que vagaba sin rumbo por las calles de Cochabamba, lo cierto es que fueron los monjes franciscanos los que adoptaron a Carmelo. Sin embargo, la idea inicial era rescatar a un can de un refugio para rendir honores a San Francisco de Asís, patrón de los animales, veterinarios y ecologistas y profundizar en el amor que este sentía por ellos.